Thursday, December 27, 2007

Discutiendo la Inmortalidad - Parte 1 de 4

Discutiendo la Inmortalidad
Del libro “The Infinite Way” por Joel S. Goldsmith
Parte 1 de 4

Traducción de Víctor Almandoz

“En el principio era el Verbo, y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios… y el Verbo se hizo carne.”

“El Verbo se hizo carne” – Pero aun así sigue siendo el Verbo. El ser hecho carne no cambia su naturaleza, característica, o sustancia. La Causa se hace visible como efecto, pero la esencia o sustancia es todavía el Verbo, Espíritu o Conciencia.

En este pensamiento sabio, entendemos que no hay un universo espiritual y un universo material, pero en cambio, aquello que aparece en nuestro mundo es el verbo hecho carne, Espíritu hecho visible, o Conciencia expresada como una idea.

Todo el error que ha existido a través de los tiempos está fundado en la teoría o en la creencia de dos mundos, uno de un reino celestial, o de vida espiritual, y otro de un mundo material o de existencia mortal, cada uno separado del otro.

A pesar de este sentimiento de existencia de dos mundos, el hombre siempre ha tratado de traer armonía en la discordia a través de un intento, por la oración, para contactar ese otro mundo. O lugar espiritual, y traer el espíritu, o Dios, para que actúe sobre lo que consideramos la existencia material.

Empecemos con el entendimiento que nuestro mundo no es uno erróneo, pero en cambio, que el universo en el cual vivimos es el lugar de realidad acerca del cual, el hombre posee un falso concepto. El trabajo de traer salud y armonía en esta experiencia, no en, entonces, quitándose o aun cambiando, el universo material mortal, sino corrigiendo el concepto finito de nuestra existencia.

El buscador de la Verdad empieza su búsqueda con un problema – quizá con muchos problemas. Los primeros años de su búsqueda son utilizados en superar las discordias y en curar las enfermedades a través de la oración a un Poder muy Alto o la aplicación de leyes espirituales o verdades a estas condiciones mortales. El día llega, sin embargo, cuando quizá descubre que la aplicación de la verdad a los problemas humanos ya sea no funcionan o no lo hacen como alguna vez ocurriera, o sino se da cuenta que ahora tiene menos satisfacción e inspiración en sus estudios. Eventualmente, es llevado a la gran revelación de, que los mortales se preocupan tanto en la inmortalidad sólo tan lejos como ella desaparece- ya que ella no añade armonía de espiritualidad inmortal a nuestra condición humana. Dios no crea, ni tampoco controla los asuntos humanos. “Pero el hombre (humano) natural no recibe las cosas del Espíritu de Dios: sería tonto esperarlo: mucho menos conocerlos, ya que sólo es posible discernirlo espiritualmente.”

¿Estamos buscando “las cosas del Espíritu de Dios” por alguna razón humana, o sencillamente estamos decididos a “poner de lado” lo mortal, con el objeto de poder entender mejor la armonía del mundo espiritual?

Mientras nos esforzamos, forcejeamos y luchamos con aquello que llamamos poderes de este mundo, combatiendo enfermedades, el pecado o su ausencia, el sentido espiritual revela que “Mi reino no es de este mundo”. Y sólo cuando trascendemos el deseo de mejorar nuestra existencia entendemos esta vital afirmación. Cuando, sin embargo, dejamos el mundo de deseos de mejoramiento humano, obtenemos el primer vistazo del significado de “Yo he superado el mundo.”

No hemos superado el mundo mientras buscábamos tener menos de los pesares del mundo y más de los placeres y beneficios mundanos. Y mientras no superamos el sentimiento de lucha sobre los asuntos terrenales, no entraremos al mundo de los asuntos espirituales.

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