Este pasado lunes 10 de Noviembre del 2008 encontrè el siguiente artìculo de Paulo Coelho en el periòdico Reforma de Mèxico y me gustò tanto que lo transcribo tal cual y lo publico , ya que me hizo pensar muchìsimo de còmo sin darnos cuenta, a veces destruimos nuestra vida por cuidarnos demasido o por buscar esos sueños y expectativas que tanto deseamos para nuestra vida. Se los envìo con muchìsimo cariño.
Victor
El Vitriolo o la Amargura
En mi libro Verònica decide morir, cuya historia transcurre en un hospital siquiàtrico, el director elabora una tesis acerca de un veneno indetectable que va contaminando el organismo con el paso de los años: el vitriolo.
Al igual que el organismo segrega la libido (el lìquido sexual que el doctor Freud indentificò, pero que ningùn laboratorio consiguiò aislar jamàs) el vitriolo se genera cuando el ser humano està bajo los efectos del MIEDO. La mayorìa de las personas afectadas logran identificar su sabor, que no es ni dulce ni salado, sino amargo - de allì viene que las depresiones se asocien indisolublemente con la palabra "Amargura".
Todos los seres humanos tiene Amargura en su organismo -en mayor o menor proporciòn- asì como todos tenemos el bacilo de la tuberculosis. Pero estas dos enfermedades sòlo atacan cuando el paciente està debilitado, y en el caso concreto de la Amargura, el terreno para el desarrollo de la enfermedad està abonado cuando previamente ha germinado el miedo a lo que se conoce como "REALIDAD".
Ciertas personas, movidas por el afàn de construir un mundo en el que no pueda penetrar ninguna amenaza externa, fortifican exageradamente sus defensas contra el EXTERIOR (gente desconocida, lugares nuevos, experiencias diferentes) y dejan el INTERIOR desguarnecido. Partiendo de esta situaciòn, la Amargura comienza a causar daños irreversibles.
El principal objetivo de la Amargura (o Vitriolo, que dirìa el mèdico de mi libro) es contaminar la Voluntad. Las personas que sufren este mal van ABANDONANDO SUS DESEOS, y al cabo de pocos años ya no consiguen salir de SU MUNDO, pues gastaron enormes reservas de energìa construyendo unas murallas altìsimas con la intenciòn de que la realidad fuese como la habìan deseado.
Al evitar los "ataques" desde el exterior, estàn limitando tambièn el crecimiento interno. Siguen yendo a sus trabajos, viendo televisiòn, quejàndose de los atascos y teniendo hijos, pero todo ocurre de manera automàtica, sin llegar a entender bien por què actuan de esta manera - al fin y al cabo, todo està bajo CONTROL-.
El gran PROBLEMA del envenenamiento por Amargura consiste en que todas las PASIONES (odio, amor, desesperaciòn, entusiasmo, curiosidad) dejan tambièn de manifestarse. Transcurrido algùn tiempo, ya no le queda al amargo ningùn deseo. No tiene ganas de VIVIR, ni de MORIR. Este es el PROBLEMA.
Por eso, para los amargos, los hèroes y los locos resultan siempre fascinantes: por que no tienen miedo de vivir ni de morir. Tanto los hèroes como los locos son indiferentes al peligro, y siguen adelante aunque todo el mundo les diga que no deben de hacer determinada cosa. El loco se suicida, el hèroe se ofrece en martirio en nombre de una causa -pero ambos mueren, y los amargos se pasan muchos dìas y muchas noches comentando lo absurdo y lo glorioso de ambas acciones.- Ese es el ùnico momento en que el amargo tiene fuerzas para encaramarse a su muralla de defensa y mirar un poquito hacia el exterior, aunque muy pronto se le cansan las manos y las piernas, y regresa a su vida cotidiana.
El amargo crònico sòlo nota su enfermedad una vez por semana: LAS TARDES DE DOMINGO. Entonces, al no estar trabajando o inmerso en la rutina que alivia los sìntomas, se da cuenta que algo no va bien. NADA BIEN.
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