Sunday, November 19, 2006

El status quo.

Cuando uno es joven, nunca se cuestiona el por què de nuestra existencia, no nos preguntamos de dònde venimos, excepto cuando nuestra familia està muy orgullosa de su apellido o de su àrbol genealògico. Si nacimos en un paìs en guerra, quizà nos interesemos acerca de las razones de esa situaciòn, o si vivimos en un lugar en paz, simplemente viviremos nuestro dìa a dìa, de 9 a 5, de la casa a la escuela o el trabajo, de la novia o esposa al futbol, de la comida y bebida a la cama y al sexo, y de nuevo de vuelta al ruedo.

Simplemente se nos ha enseñado que debemos de alimentarnos en horarios regulares, ejercitar nuestro cuerpo, estudiar para poder pasar de año y llegar algùn dìa ha ser “alguien” o no ser “nadie”, ser gente buena, no agredir a nuestros semejantes, no robar, no matar, y hasta se nos dictò, en algunos paìses retrògrados, el no fornicar. En fin la sociedad, nuestros progenitores y la escuela, de una u otra manera, y generalmente con muy buena intenciòn, van forjando nuestro futuro, creencias, nuestras limitaciones, tabues, miedos, culpas, pero tambièn lìmitando nuestras ambiciones, dando caracterìsticas preconcebidas a nuestro camino por ese lugar llamado tierra y ponièndonos sobre aviso sobre los peligros que nos acosarà allà afuera, en ese mundo tan rudo que espera por nosotros. En suma se nos enseña a tener precauciòn de no ser osado, a no tomar muchos riesgos ya que es “peligroso” para el status quo.

En algùn lugar del mundo, alguien le està diciendo a otro en forma condescendiente, “Eres una persona inquieta!”. Pero no se rìan, y si quizà deban aclarar el adjetivo mal escogido, que ser inquieto significa segùn el Diccionario de la Real Academia de la Lengua: (1) Alguien que no està quieto, o es de ìndole bulliciosa. (2) propenso a promover o efectuar cambios. (3) Desasosegado por una agitaciòn del ànimo. (4) Se dice de aquellas cosas en que no se ha tenido o gozado de quietud. Cuando en realidad el dudar, indagar, preguntar, estudiar y evolucionar es de los grandes hombres de esta humanidad.

Una vez que salimos al mundo “productivo”, la mayorìa de nosotros sufre para encontrar un lugar donde trabajar y ganar el sustento tan necesario para poder seguir viviendo. Existiendo para poder seguir trabajando y tener familia y volver a iniciar ese ciclo productivo tan necesario para perpetuar la especie, y traer màs seres a este mundo. Una vez enrutados en el ciclo del trabajo nos vemos ante la realidad de que no siempre lo que hacemos es lo que hubièramos deseado, que trabajamos en lo que no nos preparamos, muchas veces obligados por las circunstancias y asì vemos a ingenieros trabajando de obreros, a abogados de taxistas, y a malevos usufructuando el poder para el daño pùblico, etc.,

En los paìses màs desarrollados se nos mide por horas, por medidas preconcebidas, por volumen de ventas, por utilidades y se nos premia de acuerdo a patrones que no tienen nada que ver con la justeza de la relaciòn. En fin, nunca es una situaciòn de ganar para ambas partes. Y un buen dìa se nos dice que nos despiden por que los accionistas necesitan tener màs utilidades, que los porcentajes de crecimiento pronosticados no se daràn si no se prescinde de tantos obreros o empleados. Y es en esos momentos cuando nos preguntamos, quizà por primera vez, acerca de la justicia, igualdad y ese amor al pròjimo que se nos enseñò en la escuela. Otras un jefe celoso, un compañero ambicioso, un supervisor acomplejado pone la calumina por delante. Enotnces, llegamos incluso a cuestionar la existencia de un Dios misericordioso.

Si somos parte del 60 % de la humanidad que vivimos en paìses empobrecidos, el ciclo descrito màs arriba no existe, en realidad el problema no serà de tener una vida màs acorde con los principios cristianos, judìos o del islàm que se nos enseñò, sino serà el de poder subsistir y no morir de hambre, serà el de poder pasar desapercibido para que no nos lleven a un campo de concentraciòn, no nos maten en la calle o no se roben a nuestros hijos para vender sus òrganos al mejor postor, o suplir la demanda de adopciòn en algùn paìs “màs avanzado”. Si somos parte de la poblaciòn del Africa o de muchos lugares del oriente medio, nuestras energìas en realidad estarìan dirigidas a luchar dìa a dìa por nuestra miserable sobrevivencia, contra la explotaciòn del pobre, contra los dictadores, contra el SIDA. Luchar cada dìa para no caer ante las balas de mercenarios que “a veces” cometen errores “tècnicos” y desaparecen un poblado o destruyen “por error” una escuela llena de niños.

¿Cuàl es entonces la verdadera razòn de haber nacido en este mundo, en este o aquel paìs o en dicha regiòn? ¿Haber nacido bajo tal o cual religiòn? ¿haber estudiado en las màs prestigiosas escuelas y universidades, o simplemente no saber leer? ¿cuàl es la razòn de tales diferencias? Hace poco leì que los chinos consideran que la vida de un ser humano està regida por cuatro factores: Destino, Karma, Feng Shui y Suerte. ¡Mierda, no me jodan! Me dije. Y entonces, ¿algo depende de mi? Obviamente, algo anda mal. Ya me lo había dicho el Maestro Tlakaelel, chamán Mexicano, hace màs de diez años, cuando viajando a Cuernavaca rumbo a una celebraciòn, el maestro me dijera que nadie podía cambiar el destino, que éramos objetos, practicamente robots manipulados por fuerzas extrañas y ocultas. ¡Què destino para negro! ¿què broma macabra es esta vida?

¿Entonces amigos? No sabemos donde hemos nacido, no conocemos cuales son las verdaderas reglas para existir en este mundo, de què està hecho este mundo, què hacemos aquì o con què objetivo. ¿Es acaso una razòn religiosa, evolucionista, o algo incomprensible para nuestra conciencia? Y todo ello en un tiempo tan corto que cuando empezamos a cuestionar nustra existencia, èsta finaliza? Y entonces, ¿còmo nos vamos a enfrentar a la pregunta màs fundamental de todas? ¿Quièn soy? ¿Trataremos entonces de responder con raciocinio estas preguntas iniciales? ¿Poco a poco, nivel por nivel?

Vìctor Almandoz
Noviembre 2006

1 comment:

marduk said...

Estimado Amigo he leido con gusto tu reflexión gracias por inquietarnos con tus comentarios;

Atte
Marduk Manturank Cuba
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